Todos conocemos la actual situación económica, y somos conscientes de la necesidad de sortear las diferentes complicaciones que nos encontramos por el camino, para continuar en nuestra senda de crecimiento e innovación. Sin embargo, no debemos considerar dicha crisis como una adversidad, sino como una oportunidad de cambio. La crisis no es más que un momento de transición en la que se constata que los antiguos modelos están obsoletos y es necesario reinventar nuestros escenarios de trabajo.
El sector desde el que nosotros trabajamos, el de las Tecnologías de la Electrónica, Informática y Comunicación, es un motor tractor de nuestra sociedad, y por tanto, tiene que servir como ejemplo y aliciente para que el resto de agentes que conforman el tejido industrial y empresarial de nuestra sociedad, consigan evolucionar y crecer.
Por supuesto, necesitamos el respaldo de las Administraciones Públicas, de forma que la inversión en I+D+i se convierta en una prioridad. Los organismos públicos y privados, debemos olvidar los viejos modelos económicos basados en el ladrillo y cimentar nuestra riqueza a base de modelos productivos sólidos, eficientes e innovadores basados en personas y con una fuerte proyeccón social. Y como sector estratégico, hemos de ser conscientes de que si las TEIC desaceleran, el decrecimiento es exponencial en el resto de la economía.
Es por ello evidente que existen preocupaciones que nos hacen estar alerta, como el mantenimiento del empleo y la posible desaceleración de la investigación y el desarrollo. Sin embargo, la forma de combatirlos es siendo proactivos en la generación de ideas y en la creatividad. No saldremos de la crisis únicamente con el apoyo de las entidades públicas, si bien es un factor fundamental, sino que además debemos apostar por iniciativas renovadoras que regeneren el sector.
Claves para prosperar
Hemos de reestablecer las políticas activas que nos permitan crecer, y rediseñar soluciones que incentiven el movimiento del mercado. Para ello es fundamental conseguir una mayor despliegue de las tecnologías, aunque contemos con un presupuesto inferior. Con este fin, necesitamos recurrir a la imaginación. Soluciones como el SaaS, el cloud computing, o los servicios de outsourcing, aportan rentabilidad y eficacia, convirtiéndose en apuestas firmes para regenerar el sector, y proporcionar a las organizaciones un nuevo marco competitivo.
Además, debemos reestructurar nuevos formatos que renueven las relaciones entre la oferta y la demanda. Así, es fundametal fomentar y crear dinámicas de colaboración intersectorial, consiguiendo por ejemplo, desarrollar soluciones tecnológicas que aporten un valor añadido en su aplicación a otros mercados como la salud, la movilidad y el transporte, la energía, el turismo, el deporte, etc,. De la misma forma, la innovación colaborativa es un factor clave para conseguir que nuestras pymes, que conforman el 90% del tejido empresarial de nuestro país, crezcan y puedan competir a nivel internacional.
Y por último, es una necesidad básica reformular los modelos educativos, para que los profesionales del futuro cuenten con unos valores que convierten nuestro capital humano en una herramienta clave para el desarrollo del trabajo en equipo y la innovación. Debemos, por tanto, conseguir que las TEIC sean un atractivo para los jóvenes a través de la consideración social de las mismas. Asimismo, hemos de ser capaces de retener nuestro talento y evitar la fuga de cerebros. Tenemos que potenciar la colaboración entre la universidad y la empresa como foco de ideas y proyectos emprendedores.
Tomás Iriondo, director general de GAIA-Cluster TEIC. Leído en Muycomputerpro.com
